Entendemos el aprendizaje como un proceso, donde el alumno adquiere
un rol activo y el docente mantiene una actitud de guía. Desde esta
concepción, el error es una herramienta fundamental que forma parte
del proceso de aprendizaje.
El grupo, espacio de comunicación y sostén emocional, facilita en el
alumno el establecimiento de vínculos con los demás y genera
sentimientos de pertenencia que contribuyen al desarrollo de la
identidad personal.
El trabajo grupal, orientado por objetivos considerados
significativos por todos sus miembros, posibilita un aprendizaje
activo, permite la cooperación intelectual y el reconocimiento del
saber personal.
El enriquecimiento del lenguaje oral y escrito, son estimulados de
manera constante por el docente, quien acerca a los alumnos a
diversos portadores de texto; buscar información en los libros de la
biblioteca o en internet, son actividades que convocan a los jóvenes
y los ayudan a integrarse en su medio socio cultural.
El aprendizaje de las matemáticas, se aborda en función de las
posibilidades cognitivas de cada alumno y se orienta a la resolución
de problemáticas que se presentan en la vida cotidiana y en los
talleres laborales.
La computadora en el aula con conexión a internet, es un instrumento
que permite acceder a la información de manera rápida y directa; el
docente enseña un uso práctico y a la vez responsable de esta
herramienta.
Los comportamientos relativos al cuidado y protección del medio
ambiente, la conciencia social, la solidaridad, son valores
fundamentales que se aprenden a través de actividades concretas de
intercambio con la naturaleza, de proyectos que incluyen acciones
solidarias, optando por un estilo de vida de cuidado hacia las
personas, los animales y las plantas, que nos define como ciudadanos
y como sujetos en el mundo.
Queremos que el alumno disfrute de sus posibilidades motrices, cuide
su cuerpo e incorpore hábitos de alimentación saludable; la
participación en torneos y encuentros deportivos, los paseos al aire
libre, los campamentos, etc., promueven la integración social, la
independencia y el aprendizaje de normas de convivencia.
El espacio de música, tiene por objeto que el alumno se valga de los
diversos ritmos y melodías para expresar corporalmente sus
emociones, amplíe sus repertorios musicales e incluya diversos
géneros de nuestro acervo cultural.
La formación de hábitos se orienta al aprendizaje de normas de
convivencia, el respeto por los pares y adultos, el orden del
espacio de trabajo, el progresivo aprendizaje de normas de seguridad
en la vía pública, el cuidado de su propio cuerpo, el reconocimiento
de la intimidad propia y ajena, y todas aquellas competencias
psico-sociales que posibilitan el acceso a un manejo personal más
independiente y autónomo.